A 13 años de su partida, la figura de José Ignacio García Hamilton sigue vigente. Su vida es el testimonio de un intelectual sencillo y comprometido. Apasionado por la historia y las letras, se graduó de abogado en la UNT. Pero su verdadera vocación era el periodismo, donde fue redactor de LA GACETA y de El Pueblo, su propio diario, además de colaborar en otros medios. Escribió novelas y ensayos sobre personajes históricos, como Alberdi, Sarmiento y San Martín. Liberal en lo político, defendía la democracia y los ideales plasmados en la Constitución Nacional. Abrazó la causa radical con sentido crítico. No creía en las claudicaciones éticas en pos de beneficios electorales. Me tocó conocerlo personalmente en el año 2007. El radicalismo venía de sufrir una aplastante derrota en Tucumán, donde apenas cosechó el 2% de los votos y una banca a legislador sobre 49 en disputa. La crisis de representación parecía no tener fin en el centenario partido. Pero alguien pensó en “Coché“ para cambiar el rumbo radicalmente. Llegó a la reunión caminando, sin chóferes ni custodios, saludó a los pocos asistentes y se indignó por la impuntualidad de los dirigentes. En un momento, se acerca y me pregunta: “¿Demorarán mucho?, porque mañana madrugo”. Eso era “Coché“: humilde y respetuoso de la palabra. Desde su banca no sólo le devolvió identidad al radicalismo, sino que prestigió el debate público en el Congreso. Sus intervenciones en el recinto eran verdaderas clases magistrales, como las que brindaba en las diversas universidades porteñas. Hasta siempre “Coché“, la cultura argentina te extraña.

Francisco Prado

General Paz 1.893 - San Miguel de Tucumán